La llegada del teletrabajo ha sido uno de los cambios más relevantes que hemos vivido en los últimos tiempos. Se ha presentado como una herramienta que permite continuar con la productividad consiguiendo una gran adaptación a todo tipo de situaciones. También ha supuesto muchos retos relacionados, sobre todo, con conseguir el espacio de trabajo adecuado en cada uno de los hogares.
Pero poco se ha hablado, sin embargo, de la cuestión del liderazgo de equipos en esta manera de trabajar. Es un elemento que también necesita de ciertos ajustes por la propia naturaleza del teletrabajo. Plantea cuestiones sobre cómo se pueden realizar labores de seguimiento del trabajo o cómo incentivar de manera adecuada a los miembros de un equipo que no se tiene cerca.
Lo cierto es que las habilidades de un líder son aplicables tanto en el trabajo presencial como en el que no lo es. No existe nada nuevo que haya que inventar o que se tenga que dejar de realizar. Sí que cambia la manera en la que estos recursos se deben utilizar para que se adapten a diversos entornos tecnológicos y a las nuevas maneras de comunicación.
Y es que es evidente que contar con las herramientas adecuadas es lo principal para liderar un equipo en el teletrabajo. Y, por suerte, encontramos múltiples opciones en el mercado. Un programa de videollamadas eficiente o un software de ofimática que nos permita compartir nuestro trabajo son esenciales para poder realizar las tareas en esta situación.
Lo curioso es que estas herramientas llevan existiendo desde hace tiempo y es ahora cuando se está comprobando su eficacia. El líder debe aprender a manejarlas a la perfección y conocer todas las posibilidades para el teletrabajo, así como ponerlas a disposición de los miembros de su equipo. Será la base para conseguir una dinámica adecuada.
Las habilidades del líder en el teletrabajo
Salvando las cuestiones técnicas. Las características tradicionalmente atribuidas a la persona que lidera un equipo siguen siendo aplicables en el teletrabajo. Comenzando por las habilidades de comunicación, que estarán más vigentes que nunca. Se deberá seguir manteniendo especial cuidado por ofrecer una imagen de profesionalidad, incluso, desde casa.
Mantener un aspecto pulcro y cuidar la visión que se ofrece del espacio de trabajo es clave. Al trabajar desde casa es habitual relajar estos aspectos, pero se deberán cuidar especialmente en esta situación. En las videollamadas siempre se debería aparecer correctamente vestido y habría que conseguir que la imagen que se proyecta nos permita transmitir también con nuestro lenguaje corporal.
El uso de aplicaciones de mensajería instantánea puede hacer superar la barrera de no estar cerca de manera física al resto de los miembros del equipo, pero debe ser usada de manera correcta manteniendo siempre un plano profesional y evitando la saturación.
El seguimiento y evaluación del trabajo no se debe ver alterado. El líder deberá hacer todo lo posible para que esta actividad permanezca y se desarrolle de la manera adecuada. Será clave para no perder la visión analítica sobre la productividad. La exigencia del cumplimiento de los objetivos se debe mantener con los mismos niveles si el teletrabajo se puede desarrollar con normalidad.
En este punto hay que mencionar el escabroso tema de los horarios. A cambio de la alta exigencia, en el teletrabajo se debe evitar la excesiva invasión en el espacio íntimo del miembro del equipo. Es habitual encontrar confusión entre el tiempo personal y la jornada de trabajo cuando se realiza desde la propia casa. Los empleados agradecerán que se mantenga esta diferenciación.
El teletrabajo es un escenario que puede ser más propicio para conocer a los miembros de un equipo lo cual nos puede ayudar a detectar mejor sus virtudes y limitaciones. Por ello, el encargado de gestionar un equipo deberá estar atento siempre a toda la información que se puede obtener gracias a esta particular manera de trabajar.
Con el teletrabajo, el líder también puede aplicar sus conocimientos y habilidades para poder potenciar la productividad. Deberá asegurar que sigue siendo la figura de referencia para que los trabajadores encuentren la suficiente seguridad y estabilidad para el desarrollo normal de sus tareas.
A pesar de todo ello, resulta evidente que el teletrabajo tiene muchas limitaciones y que, buena parte de las probabilidades que éste de buenos resultados reside en la autoexigencia y la disciplina de los empleados. Hace sólo unos días, un empresario de mi entorno, al referirse a cómo se desarrollaban en teletrabajo los empleados de su empresa, me afirmaba que: “En teletrabajo los eficientes son incluso más eficientes y los ineficientes son incluso más ineficientes”. No es oro todo lo que reluce.