La pandemia de COVID-19 ha marcado un antes y un después para el teletrabajo en España. Antes de marzo del 2020 solo un 5% de la población laboral trabajaba desde casa, ahora esa cifra ha alcanzado el 34% según información de Cinco Días.
En estas circunstancias, uno de los retos para los directivos de grandes equipos y para los propietarios de empresas es mantener a esos equipos que ahora trabajan a distancia cohesionados y motivados y conseguir crear o mantener una cultura empresarial en estas circunstancias.
En un país como el nuestro, donde buena parte de esa cohesión se producía (y se produce) a través de charlas informales en el propio centro de trabajo, mantener esa cohesión en las circunstancias actuales es un bonito reto.
Consejos para crear una sólida cultura de empresa
Ten muy claros los valores de tu empresa
No se trata solo de saber cuál es la razón de existir de tu compañía, sino de saber en torno a qué valores organizativos está construida. Por ejemplo, una pregunta clave con los equipos trabajando en remoto será: ¿Es mi empresa una compañía que se organiza jerárquicamente o mis empleados gozan de autonomía para desarrollar su potencial?
Si hemos creado una cultura de empresa que favorezca la autonomía y la responsabilidad de cada empleado con su trabajo, el teletrabajo y la distancia serán mucho más fáciles de sobrellevar, pues los trabajadores ya estarán acostumbrados a ser los dueños de su tiempo. En el caso contrario, el de organizaciones muy jerarquizadas, el teletrabajo puede debilitar la comunicación y obligar o bien a un cambio de valores o bien a establecer sistemas de comunicación estable y rutinaria que facilite la cohesión.
Aprovecha la situación para reenfocar tus valores
Si el teletrabajo ha sacado a la luz algunas carencias organizativas –¿qué empresa no las tiene?−, no te agobies. Aprovecha para mejorar. Quizá sea el momento de definir claramente cómo quieres que sea la relación entre los miembros del equipo de ahora en adelante.
Algunos consejos que pueden servirte son estos:
- No decidas tú solo. Pregunta a tu equipo, al menos a los mandos directivos, cómo creen que debería ser esa cultura de empresa y la relación entre los distintos empleados y sus mandos. Sin datos y opiniones, sin feedback, es muy difícil acertar con la decisión.
- No pierdas nunca de vista cuál es el objetivo de tu empresa y ten en cuenta si el cambio de cultura que vas a plantear facilitará alcanzarlo o, por el contrario, alejará a la empresa de él.
- Mantén vivos estos valores con ejemplos concretos. Agiliza y moderniza la comunicación interna. Que los empleados vean y conozcan qué hacen otros compañeros, qué rutinas de ellos les pueden ser útiles y cómo han mejorado con la experiencia del teletrabajo.
De los valores a la cohesión
Una vez tengas clara cuál es la cultura de tu empresa, aprovecha esos valores clave para cohesionar a tus equipos. Es importante que todos los empleados, especialmente ahora que se trabaja en remoto, sepan que forman parte de un todo y que están remando, junto con muchos otros, en la misma dirección.
Favorece con herramientas internas el intercambio de información entre los departamentos, crea mecanismos de comunicación interna para que todos sepan qué están haciendo los demás y cómo están viviendo este cambio de la jornada presencial al teletrabajo, mantén actualizados y vivos los valores de la compañía con casos de éxito internos o externos que sirvan de motivación. Y comparte los éxitos, que toda la empresa sepa que un cliente ha renovado, que otro está satisfecho, que el equipo comercial ha logrado dos nuevos contratos…
Cada vez más, los empleados buscan no solo un buen salario sino sentir que forman parte de “algo”, de un propósito, de un objetivo. Nada cohesiona más que una cultura de empresa clara con unos objetivos muy bien definidos.
Consejos para ayudar a tus empleados a trabajar en remoto
Somos, por tradición, un país presencialista. Las circunstancias actuales han acabado con esa tradición y muchos directivos, pero también muchos empleados se sienten incómodos. Los primeros porque no confían en sus empleados y creen que, sin supervisión, no alcanzarán los objetivos. Los segundos, porque quizá están demasiado acostumbrados a que les marquen el camino y no saben no se atreven a tomar la responsabilidad de su tiempo y trabajar por objetivos.
Un buen líder será aquel que motive y refuerce los valores de liderazgo y agilice la comunicación dentro de su organización. También deberá ayudar a los empleados menos habituados –y en este caso hay una importante brecha generacional entre los milennials y las generaciones anteriores, menos habituadas al teletrabajo− a tomar responsabilidades y a ser autónomos a la hora de tomar decisiones sobre su labor diaria.
Habrá equipos y directivos menos dispuestos a aceptar este cambio, pero otros lo estarán más. Además, lo único seguro es que estamos ante una revolución imparable, que lo será más a medida que se alargue la situación de pandemia. Por lo tanto, lidera a tus equipos en esta transformación, quítales miedo, dales responsabilidad y, por supuesto, no dejes que una sola “piedra” atasque todo el mecanismo.